Este fundamento comprende la concepción de hombre en su dimensión personal, cultural, histórica, social y transcendente, inmersa en una realidad contextualizada y cambiante.
TIPO DE HOMBRE: La Normal fundamenta su quehacer en una concepción humanista – cristiana de los estudiantes y, por ende, reconoce su singularidad, su naturaleza corpórea, espiritual y su libertad responsable, tiene como finalidad impartir formación integral que potencie todas sus dimensiones y propicie el desarrollo de la autonomía. Como dice Jaume Sebastián Capó: “La educación humanista considera a las personas como fines en sí mismas, y no como simples instrumentos, para conseguir otros objetivos”.
El hombre es un “Ser Social” con una intencionalidad que lo convierte en producto y productor, en descifrador y revelador de sí mismo, lo posibilita para conocer la realidad a partir de su inserción en ella, actuando, generalizando y abstrayendo de su propia experiencia para retomar esa realidad con una teoría que le permita comprenderla, manejarla y en la medida de lo posible, volver a transformarla, desarrollándose como: Ser Cultural, Ser Histórico, Ser Social y Ser Trascendente.
SER CULTURAL «Sin Cristo se hace imposible una cultura liberadora del hombre y de la sociedad». La cultura florece cuando tiene virtud de expansión de comunicación, de unificación entre los hombres. Es por eso que los valores del trabajo, la honestidad y la educación son elementos de un proyecto que se enruta hacia la excelencia.
SER HISTÓRICO «Solamente el Evangelio es capaz de formar hombres libres». La libertad más que un don es una conquista que lleva a la responsabilidad, exige la posibilidad para expresar las potencialidades del propio ser, así como el respeto a la expresión de la de los demás. Cada ser humano va construyendo su historia.
SER SOCIAL «El hombre está llamado a vivir y a llegar a su plenitud en comunidad». La persona humana es un ser social, un ser en relación, se encuentra como persona en cuanto se auto posee y tiene conciencia de su alteridad. Tiene necesidad del otro, de la comunidad para desarrollar el amor, el don, la gratuidad, el encuentro solidario, la aceptación y la participación.
SER TRASCENDENTE La persona humana es irrepetible, singular, trascendente al mundo y a los otros con tendencia radical a la superación y proyección para transformar el contexto. La respuesta que Dios espera del hombre es: que llegue a ser, que salga de si mismo y se ponga en éxodo hacia su meta que es El. (II Celam 4, 9). La trascendencia es un valor fundamental que da sentido a la vida y ese valor no es posible lograrlo si desde pequeños no hemos aprendido a mirar más allá y por eso con frecuencia no se le encuentra sentido. El ser humano es peregrino de una Patria Eterna donde Dios es la plenitud, no es estático, siempre se hace, vive en continuo peregrinaje, es un proyecto siempre inacabado.
Todas las acciones del ser humano son trascendentes, es por esto que dejan huella, siente la necesidad de ir más allá de sí mismo, de todo cuanto la limita porque experimenta que solo el SER ABSOLUTO puede colmar sus aspiraciones totales.
Desde esta concepción la Escuela Normal Superior Santa Teresita está llamada a constituirse en el escenario que posibilite la recreación de los modos de pensar, sentir y actuar de su comunidad educativa, ya que son estas personas las que están comprometidas a propiciar las transformaciones que la sociedad requiere.
La formación del maestro (a) en la Institución está orientada desde la concepción humanista, por la idea que ésta tiene acerca del fin del hombre y de la educación, cual es desarrollarse plenamente como hombre, llegar a ser libre, comunicarse con Dios y con los demás.
El estudiante y el futuro maestro (a) ha de asumir el camino de la auto superación, reflejado en su compromiso con la ciencia, el saber, la verdad y una gran conciencia social que lo vincule con la comunidad en todos sus propósitos y en la preservación del medio ambiente; para esta concepción el fin del hombre es lograr la solución de problemas para lo cual debe desarrollar su libertad, entendida como: “La capacidad de auto controlar los impulsos y deseos por medio de la reflexión hasta convertirlos en propósitos”.
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